APUNTES PARA UNA BIOGRAFÍA DE ANTONIO PAREDES CANDIA
Por Oscar Cordova Sanchez
Los comienzos de un gran talento suelen tener grandes proyectos con pequeños espacios para ocupar ese universo que llamamos arte. Antonio Paredes-Candia (1924-2004) surge más allá de esas visiones colectivas, donde lo particular de un lugar o grupo social se logra hacer general y dinámico, compartiendo nuestras tradiciones, leyendas o mitos; profundizando nuestras sensibilidades ancestrales de nuestro pasado común. Un aura espiritual lleva cada libro suyo que yace siempre buscado para ser leído.
Para comprender un esbozo general de los datos que se desconocen sobre la vida de Antonio se debe mencionar, como ya se sabe, la educación recibida por su padre Manuel Rigoberto Paredes (1870-1951), escritor, tradicionalista, político y más que todo un amante de la raza aymara y sus costumbres, fue de vital importancia para los futuros trabajos que continuaría su hijo.
Esa inquietud, siempre curiosa, por los habitantes del altiplano dejó como legado a sus hijos y en especial a Antonio, quien se pasaba desde muy niño leyendo libros sobre sociología, historia y literatura.
INICIOS
Antonio con mucha empatía y generosidad veía siempre el alma nacional en la raza aymara, núcleo fundamental de sus estudios, que exigía un corpus histórico sobre el lugar donde nacieron. Otra constante que llevó en su vida desde niño fue el viaje y la lectura de libros, netamente enmarcados en el folclore boliviano y autores de su predilección como Arthur Posnansky, Fray Nicolas Armentia, José Agustín Palacios, Ricardo Palma, Vicente Ballivian o Julio Lucas Jaimes. Desde su adolescencia fue un ser inmiscuido en la labor de corregir textos, colocar tapas y ser recolector de folletos, manuscritos y documentos para resguardarlos en un lugar de su extensa biblioteca. Con el tiempo se haría un gran investigador y construiría un nuevo concepto sobre el folclore boliviano y hacia dónde va, uniendo varios hilos en temáticas como sociología, leyenda, tradición, literatura, historia y política.
LA EDITORIAL ISLA
Para este esbozo necesitamos la colaboración de Huascar Paredes-Candia Mamani, hijo de Antonio, quien nos revela unos datos importantes sobre los inicios de la Editorial Isla, nombre inspirado por el mismo hecho que la lectura y la publicidad de libros bolivianos se encuentran, hasta el día de hoy, en el ostracismo pedagógico del país.
La idea nació en el centro minero de Quechisla, en el departamento de Potosí, cuando Antonio cumplía sus labores como profesor de primaria de una escuela en esa localidad.
Fundada en 1955, sus primeros textos fueron pequeñas revistas conocidas como pimpollitos que eran cuentos para niños con varias ilustraciones. Títulos como Botones de Oro, Villaco o la Gaviota fueron, en primera instancia, para enseñanza a sus estudiantes.
De a poco, con la editorial en crecimiento, junto con su hijo, viajaba con su k'epi de libros a distintos lugares de Bolivia como Yacuiba, Villamontes, Villazón donde su fecunda labor de compartir y dar a conocer libros bolivianos hizo que en varias ciudades se realicen las primeras ferias de libros en plazas principales. Esto ayudaba, además, a promocionar a escritores noveles como Rene Poppe, Victor Vara Reyes, Manuel Vargas o escritores destacados del momento como Guillermo Lora, uno de sus mejores amigos, Julio Diaz Arguedas, Ramiro Condarco Morales, Guillermo Francovich entre otros. Si bien Antonio publicaba nuevos títulos, no había auspicio estatal para presentar las novedades; entonces, en cada viaje, se hacía la presentación junto con la inauguración de la feria.
En la década de los 60 y 70, Antonio Paredes Candia ya había recorrido más de 80 % de Bolivia, dando a conocer varios títulos que la editorial Isla publicó. Tanto fue la atracción de estos libros, en su mayoría de bolsillo, que rápidamente se acababan antes que otros títulos extranjeros.
FORMATO DE LOS LIBROS DE LA EDITORIAL
Una de las características de los libros de su editorial fue el formato. Mayormente los pliegues de hojas eran colocadas en cada libro, pero sin ser cortadas, dando como reto al lector cortar las hojas de papel al momento de leer el libro. Otra de sus innovaciones fue la promoción de biografías de personajes bolivianos en su colección llamada Destinos que incluye 18 títulos biográficos sobre escritores, artistas y pedagogos destacados del pasado. Acá podemos encontrar biografías como de Ismael Sotomayor, Gabriel Rene Moreno, Maria Josefa Mujia o Vicente Pazos Kanky.
ALGUNOS RELATOS Y CUENTOS DE ANTONIO
Huascar, tratando de recordar un poco sobre el origen de algunos títulos de su padre, menciona que siempre portaba una libreta donde escribía cualquier dicho popular, leyenda o hecho curioso de un lugar. De cierta manera, recopiló varias anécdotas que, a futuro, terminaron en varios títulos conocidos por el público nacional, combinando su vida a través del viaje y la experiencia.
En "Aventuras de dos niños" (1986), hace una comparación de la ingenuidad rural migrando a la ciudad. En el caso de "Isolda: historia de una perrita" (1996), Paredes narra la biografía de su fiel compañera canina. En el libro "Ellos No Tenían Zapatos" (1989), fue la dramática vida de Antonio en sus primeros años viviendo en la zona de Villa Ingenio, el cual no tenía servicios básicos en muchas viviendas, viendo esto cada día a varios niños lustrabotas bajar a la ciudad de La Paz, fue el fruto de inspiración para su famosa novela corta. Además, cultivó la investigación sobre el folclore de nuestro país, plasmados en sus libros como "Tradiciones Bolivianas", "Fiestas Populares de Bolivia", ambas publicadas en 1976; recopiló nuestra costumbres populares de nuestra ciudad en el libro "De la Tradición Paceña" (1982).
Uno de los títulos que más se vendió fue Leyendas de Bolivia (1986), teniendo varias reediciones. Siendo uno de los libros más vendidos de toda la bibliografía de Antonio Paredes Candia.
La última reedición fue publicada el 2021, financiada por Word Analytica Oy, y editada por Mario Aguilera, en una edición de lujo con una tapa empastada y hojas con el borde dorado.
Al día de hoy la familia Paredes-Candia, continúa con la reimpresión de libros de la extinta editorial Isla, a pesar de la digitalizacion de varios libros. Don Huascar desde su puesto en la avenida 06 de marzo en la ciudad de El Alto sigue recibiendo visitas de investigadores y literatos donde se informan de algún tema para estudiar la obra de Antonio Paredes-Candia y conocer los más de 120 títulos que produjo y encendió la mecha de la investigación sobre nuestro pasado, tan lleno de misterios, orígenes y, más que todo, costumbres.