jueves, 4 de marzo de 2021

EL CEMENTERIO GENERAL Y SUS HABITANTES: ESCRITORES PARTE I

EL CEMENTERIO Y SUS HABITANTES: ESCRITORES

PARTE I

El Cementerio General de La Paz desde su creación realizada por el Mariscal Andrés de Santa Cruz en 1831, se constituye en un espacio de memoria social, simbólica, religiosa y más que todo alberga los restos de los muchos ciudadanos que actuaron y vivieron en nuestra ciudad.

Con una extensión de 92.000 metros cuadrados, ubicado al noroeste de la ciudad, es el centro donde damos vida a nuestros recuerdos de algún familiar o personaje enterrado como por ejemplo Franz Tamayo o Alcides Arguedas.  Además, se ha convertido en un lugar turístico donde mucha gente viene a visualizar la arquitectura dispuesta en mausoleos, capillas y nichos.

Hablar de los personajes que aparecen y desaparecen de nuestro medio es bastante difícil y complicado. Por alguna razón, no damos a conocer a ciencia cierta donde se encuentran sus restos y, en su mayoría, poco se analiza su vida y trascendencia. Esto influye mucho pues, de alguna manera no se puede llegar a la juventud de ahora, para que ellos conozcan el legado de personajes históricos que descansan en el camposanto, igual que otros literatos que allí se encuentran y sus obras quedaron en el olvido. Lastimosamente en Bolivia es común esta situación.

La idea de conocer el Cementerio General y a sus personajes, quiere plasmarse en una propuesta real que se va desarrollando desde hace varios años atrás.

En el año 2016, la administración del Cementerio General de La Paz, realizó el proyecto “ReQRdos Notables”, con el fin de poner en códigos QR reseñas de personajes históricos, mausoleos y diseños arquitectónicos que se encuentran dentro de la infraestructura. El proyecto es fascinante, basta con poner el celular al código QR de un nicho y aparece una síntesis biográfica de un notable o la historia de algún mausoleo. Según la prensa de ese tiempo, se tenía aproximadamente más de 300 reseñas y se esperaba tener hasta 600 reseñas, completando el circuito. Incluso se tiene un plano de los “ReQRdos Notables” a la entrada de Cementerio General para ubicar fácilmente donde se encuentran estos códigos. Pero al contar los puntos que el plano señala llegan a menos de 200 QR´s. ¿Alguna equivocación o falta actualizar el plano? ¿Realmente había más de 300 ReQRdos Notables? ¿Qué otros personajes estaban en la lista y fueron relegados de ReQRdos Notables?

Observando estas deficiencias y necesidades de información histórica, me puse a investigar y dar vueltas por varios nichos y mausoleos, leer varias biografías que me ayudarían a identificar que otros personajes se encuentran allí, olvidados de la nuestra memoria colectiva.

Agradezco a los trabajadores del Cementerio General por indicarme las ubicaciones de algunos nichos y más que todo a el poeta Ricardo García, quien conoce a fondo que personalidades se encuentran allí enterradas.

 

ESCRITORES EN EL EXILIO: SORIA Y SOTOMAYOR

Comenzando con la primera parte de escritores, empezaré con dos personalidades de nuestro ámbito cinematografico y literario. Ambos tuvieron eco en su forma y manera de escribir; ellos son Oscar Soria Gamarra (1917-1988) e Ismael Sotomayor (1904-1961). Ambos paceños, Soria y Sotomayor fueron inventores de una estética singular en su escritura. Sotomayor autor de "Añejerias Paceñas” (1931) nos muestra el quehacer cotidiano de la popular cuidad paceña, vista desde sus encantos, tradiciones y leyendas. Todos supondrán que su morada de descanso es visualizada igual a la tumba del escritor Porfirio Diaz Machicao (1909-1981) o del poeta Gregorio Reynolds (1882-1948). Pero la realidad es totalmente diferente...

Soria Gamarra se encuentra en un pequeño nicho de un cuartel de dos pisos que esta en el sector sur del Cementerio y Sotomayor se encuentra en el mausoleo de su familia, detrás del Mausoleo Ascarrunz. El primero con unas rosas marchitadas dejadas hace varios años y el segundo cubierto con hierba que cubre toda la lápida y su nombre.

La singularidad que comparten ambos escritores es el deterioro que sufre el lugar donde se encuentran. Leyendo varias biografías de ambos no se especifica donde descansan sus restos.

Actualmente, fueron reeditadas varias de sus obras. Articulistas, académicos y reseñistas tratan de “re-descubrir” su legado. No obstante, el querer emprender la búsqueda de estos paceños destacados es más que menesteroso.


Mausoleo Sotomayor. En la fila izquierda al final se puede leer Ismael Sotomayor.


Otros escritores, cuyas tumbas y nichos se encuentran en mejor estado, pero sin identificación más que su placa, son:

-        Roberto Prudencio

-        Fernando Diez de Medina

-        Gerardo Irusta

-        José Salmon Ballivián

-        Mario Guzmán Aspiazu

-        Guillermo Viscarra Fabre

-        Rafael Ballivián

-        Gustavo Medinaceli

-        El cochabambino Monseñor Juan Quiroz.

Otro caso especial, que demandó enfado, tristeza y olvido en su momento fue el nicho del autor de la Chaskañawi, Carlos Medinaceli (1898-1949). Nos ocuparemos del caso más adelante. 

 

QR´SÍ, RESTAURACIÓN NO

Entre los nichos, tumbas y mausoleos que encontraba a medida que seguía el plano de “ReQRdos Notables”, observé el deterioro de varias de ellas. De varios personajes que alguna vez fueron ¨Hijos Ilustres de la Ciudad´ y que sus hazañas serian recordadas ´eternamente´ por la memoria paceña. Sin embargo, sucedió todo lo contrario.

En fin, los nichos que se encuentran con más deterioro y que hasta ahora descansan con el mismo candado, sin restauración y que, algunos datan del siglo XIX, son los siguientes escritores:

-        José Rosendo Gutiérrez

-        José Loza

-    Nicolás Acosta

-        Antonio Diaz Villamil

-        Gustavo Adolfo Otero.

Este último tiene como fecha de fallecimiento el año 1990, cuando en realidad murió el año 1958. Supuse que fue el año donde fue trasladado al Mausoleo de Notables II.

Sin embargo, otras tumbas como la de Germán Busch, Luis Espinal o el caso de Jaime Sáenz y Víctor Hugo Viscarra, estos últimos con una “gran fanaticada”, son frecuentemente visitados y los ramos de flores nunca faltan. Pero en la otra cara del cuadro, aquellos personajes que mencionamos anteriormente, se encuentran en un abandono total.

Por estas situaciones nada positivas, tenemos algunas preguntas: ¿Cómo se puede promover la lectura, pues ni nosotros mismos tratamos de crear fórmulas de interacción con la población para dar a conocer a estos personajes? ¿Realmente merecían que sus restos sean abandonados y, de alguna manera, olvidados? ¿Dónde se encuentran las gestiones de renovación y conservación de estos espacios? Las respuestas serán varias o nulas, no lo sabemos.

Esta por demás decir que el mejor homenaje es leer sus obras.


Por Oscar Córdova Sánchez

Fotografías Joel Arancibia

 

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