martes, 15 de septiembre de 2020

EL PARTIDO NACIONALISTA (UNIÓN NACIONAL): JÓVENES INTELECTUALES, PRÓRROGA Y FRACTURA PARTE II

 

EL PARTIDO NACIONALISTA (UNIÓN NACIONAL): JÓVENES INTELECTUALES, PRÓRROGA Y FRACTURA PARTE II


                             Foto: Hernando Siles (centro) rodeado de jóvenes       universitarios entre los que destacan Enrique Baldivieso (derecha de Siles).

LOS JÓVENES INTELECTUALES DEL PARTIDO NACIONALISTA: LOS MAMONES

Iluminados por su ideal para una conciencia nacional formaron contactos y redes de alcance para tener en ellos la dirección y manejo del Partido Nacionalista. 

Los nuevos miembros, reconocidos meses después por su partido, fueron Augusto Céspedes, Carlos Montenegro, Arturo Borda, José Antonio Arze, Alberto Ostria Gutierrez, Javier Paz Campero, Carlos Salinas Aramayo, Carlos Medinaceli y Luis Antezana; quienes sostuvieron y defendieron la tesis del "principio que mantiene la unidad política y la unidad nacional  en congruencia”, como diría Ernest Geller sobre el concepto de nacionalismo.


Pero esta idea central, estaba lejos de la unidad propuesta y terminó siendo un simple panfleto publicitario. Empero, sus miembros fueron destacados escritores, pensadores y renovadores con el pasar de los años, como Arze fundarian el Partido de la Izquierda Revolucionaria, de índole marxista y en el caso de Céspedes y Montenegro, fueron ideólogos del Movimiento Nacionalista Revolucionario. Además, otros jóvenes del partido se dedicarán a las letras como Medinaceli, Palza, Otero o Antezana.


Gustavo Adolfo Otero, polígrafo de gran calidad, refiere cuatro grupos que movían al partido, así por las intenciones gubernamentales y su accionar en su campaña. En el caso de Otero había fundado el periódico Nueva Era, siendo la novedad de ese momento por sus publicaciones. Sin embargo, los ataques empezaron a surgir cuando el periódico La Razón, dirigido por su primo Gustavo Otero, escribía publicaciones en contra de los jóvenes. Argumentos que hacían al grupo parecer amamantado por su ingenuo desempeño político; así salió el apodo con el que se los conoció esos momentos: Los Mamones.

¿Alguna alusión a la mamadera silista que promovía la lactancia nacionalista?


Analizando este movimiento, varios de estos jóvenes fueron amoldando sus pensamientos sobre la Bolivia fragmentada por los caudillos que gobernaron y veían en sí mismos la luz que renovaria a esta patria tan dividida hasta ese momento.


¿QUE PROPONÍA EL PARTIDO NACIONALISTA?


El partido Nacionalista tenia en su programa aspectos que ya habian sido tratados por otros partidos, sin embargo, la diferencia fue otra; absorbida la atención del pueblo se leía, con fervor de un cambio radical, algunos puntos que merecen ser señalados en su Programa Mínimo:

"Descentralización económica y administrativa. autonomía económica del Poder Judicial. Leyes sociales en favor de la mujer, del obrero y del niño. Igualdad jurídica de la mujer. Código del Trabajo. Autonomía Universitaria".

Todo este conglomerado de propuestas pasaron a manos del presidente Siles, quien veía la ambición del partido que había dejado hacer sus labores cautelosamente. Pero, fue un declive que vivió Siles, aún en las decisiones del partido, no lograba encontrar la tranquilidad en ciertos sectores que realizaban propagandas comunistas y agitaciones en sectores alejados de la ciudad. Chayanta fue el centro de la intervención militar y los crímenes cometidos contra sus pobladores fue objeto de la debilidad de su gobierno. La frase que Tristán Marof había colocado en las bocas de los rebeldes era "¡Tierras al indio, minas al Estado!", frase tan combativa que era causa de intervenciones para apagar ese foco que inundaba varios pueblos del país. Aún así, se combatía ante la prensa opositora desde el partido y gobierno al mismo tiempo pero sin necesidad de ligazón aún demostrada y aceptada. 


En la convención nacional del Partido Nacionalista, siendo aún presidente Rafael Taborga, el 12 de agosto de 1928, se realizó con la intención de analizar los cambios que había producido el Partido Nacionalista y fue en un discurso donde fueron expuestas la participación del presidente Hernando Siles con el partido que había "sido secundado por el gobierno". Además, promulgaron en su programa: "la educación netamente nacionalista", "nacionalización de ferrocarriles" y la cuestionada "nacionalización de la minería" que hacía su primera aparición como cuestión nacionalista. Este último punto, de quiebre en el partido, fue para los más radicales del partido la realización de hechos contra el dominio de la economía centralizada.  

Pero sus detractores atacaban más contra el gobernante. Arguedas, ya en las esferas altas de su fama, escribió en su libro "La Danza de las Sombras" contra el gobierno de Siles, de manera irónica y cruel, característica del autor de "Pueblo Enfermo". Mientras tanto Bautista Saavedra, en el total ostracismo, mandaba severas notas contra el mandatario por su falta de gobernabilidad y por la alta traición que había realizado a los republicanos. 

El gobierno de Siles, al poco tiempo, tuvo que enfrentar la crisis económica que se avecinaba y también esquivar, con buen manejo diplomático, una posible guerra con el Paraguay en diciembre de 1928.


PROBLEMAS Y CAÍDA DEL SILISMO


Con las injurias al gobernante, por su obstinación a quedarse en el poder, se sostenía en la oposición que había realizado operaciones financieras elevadas y gastos públicos, en plena crisis económica desde el jueves negro de 1929. Esto iba haciendo más relevante la causa de una nueva renovación, pero esta vez Siles impondrá la vía democrática para frenar las prácticas innovadoras de una posible sublevación.

En mayo de 1930, renuncia al cargo de presidente, quién en orden a su gabinete ministerial - conformado por varios miembros nacionalistas - deciden convocar a una asamblea constituyente para modificar la Constitución Política del Estado, que entre sus puntos señalaba que ningún presidente pueda ser reelecto posteriormente. 

Así, en junio de 1930, en total rechazo a dicha asamblea, se realizaron marchas populares, compuestas por universitarios y obreros mayormente, que, irónicamente, pedían la salida de su antiguo profesor, presidente y líder. 

Con el triunfo de la revolución de junio, Siles salía al exilio y su partido que tanto apoyo había recibido de éste se dispersó, esperando el momento oportuno para volver a mover su inquietud nacionalista a la población.


FRAGMENTOS DEL PARTIDO NACIONALISTA


Todos los miembros, en especial los universitarios, venían de una "élite" que inspiraba confianza entre su pensamiento y una acaudalada inversión en búsqueda del mejor porvenir del país. Las ideas provenían, mayormente, del continente europeo y sus influencias llegaban como una novedad sin precedentes. Este es un caso de sus miembros, Guillermo Viscarra, que agarró el pensamiento fascista de Benito Mussolini y que fue difundido desde el Partido Nacionalista. Viscarra fue criticado en varios diarios, partidos y políticos; esto era por la posición que tomaba. Arguedas refiriéndose a Viscarra, lo menciona con justa razón: 

"Otro de la misma camada (Viscarra) y considerado como intelectual, no cesaba de recordarle los nombres de Mussolini y de Primo de Rivera para hacerle ver que a estas horas que el mundo sólo puede mantenerse en equilibrio merced a la voluntad fuerte e incontrolable de los hombres fuertes...Creyendo necesaria e inevitable la implantación de un régimen dictatorial y de fuerza al estilo mussoliano".


Mientras otros, los viejos liberales, tenían conceptos de sostener la idea de unión en base a la voluntad del gobernante y no la del pueblo. En cambio, los obreros, artesanos y mineros, diferian del pensamiento nacionalista e impulsaron, a través de su campo sindical, el socialismo y comunismo, un enemigo común entre la alta jerarquía del Partido Nacionalista. 

Estos jóvenes agarraban la unión mas no el espíritu de cambio. Años después,  uno de sus antiguos miembros, Enrique Baldivieso, comentaba que buscaban emanciparse del gobierno y que "la captura del poder constituyó un error...Pensaban las fuerzas nacionalistas realizar verdadera obra de acción; pero fueron derrumbadas por la revolución de 1930". Un ambicioso proyecto, todavía no maduro, que se apagó rápidamente pero que surgió de manera efímera  después de la Guerra del Chaco. 

En octubre de 1935, se vuelve a realizar la convención del partido Nacionalista, en La Paz y a la cabeza de su presidente intacto, Rafael Taborga, trataron puntos sobre el desempeño de sus miembros en la contienda bélica y de las escisiones ideológicas que se formaban en el sud oeste boliviano. José Tamayo, miembro de las juventudes izquierdistas, que en su discurso culpa a los partidos tradicionales por la dirección que tomó la guerra, decide dar fin al Partido Nacionalista. 

Expuesto los pensamientos de Tamayo, se dio un voto resolutivo para su escisión formal del Partido Nacionalista, con un homenaje a Taborga como miembro que quedaba de la antigua organización. 

Con todos los miembros dispersos en su pensamiento e inclinación política, dieron desarrollo de sus pensamientos sobre el futuro del país, después de haber visto las desgracias en el Chaco y por la falta de unidad nacional que tanto habían enunciado durante el gobierno de Siles. Sin expectativa de unión, se empezaron a formar varios grupos políticos con la esperanza de lograr sus objetivos. Más tarde, en 1942 volvió la palabra nacionalismo en la sigla del MNR, está vez liderado por algunos jóvenes universitarios que fueron parte del gobierno y partido de Hernano Siles.


Por Oscar Cordova Sanchez


Bibliografía

1) Arguedas, A. (1982). La Danza de las Sombras. Tomo II. (2a.ed.). La Paz, Bolivia: Editorial Juventud.

2) Carrasco, B. (1961). Hernando Siles. (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Editorial del Estado.

3) Crespo, A. (1985). Hernando Siles: el poder y la angustia. (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Siglo.

4) Diaz, P. (1954). Historia de Bolivia: Saavedra (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Editorial Don Bosco.

5) Gómez, E. (1975). Bautista Saavedra (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Biblioteca del Sesquicentenario de la República.

6) Lora, G. (1987). Historia de los partidos políticos de Bolivia (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Ediciones La Colmena.

7) Lorini, I. (2006). El nacionalismo en Bolivia de la pre y posguerra del Chaco (1910-1945) (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Plural Editores.

8) Otero, G. (1977). Memorias de Gustavo Adolfo Otero (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Litografía e Imprenta unidas.

9) Shelchkov, A. (2018). Socialistas - Militares: El laberinto boliviano de la experimentación social (1936 - 1939) (1a.ed.). La Paz, Bolivia: Vicepresidencia del Estado Plurinacional.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La Biblioteca Perdida de Julio Mendez

  L a Biblioteca Perdida de Julio Méndez Por Oscar Cordova Sanchez Consultor educativo y cultural La situación actual del mercado de libros...