LA VIDA Y OBRA DISPERSA DE IGNACIO PRUDENCIO BUSTILLO
Escrito por Oscar Cordova Sanchez
"He soñado escribir varias obras. Varias... ¿Qué digo? Las he escrito, pero in petto, para mí sólo. Placer pasivo, me dirá usted... Qué quiere, amigo! ... A los enfermos ya no nos queda sino el tiempo de soñar nuestras obras; es el modo que tiene el alma de escribirlas".
Ésta fue parte de una de sus cartas que Ignacio Prudencio, enviaba a Carlos Medinaceli explicándole el avance de su enfermedad y su depresión por su futura desaparición de éste mundo. Era como una estrella fugaz, dejando un brillo en el vasto espacio que pocos lograron vislumbrar. Ignacio Prudencio Bustillo demostró ser ese brillo en nuestro país…
De una familia unida, adinerada y respetable, Ignacio nació en el momento del dominio conservador, un 15 de febrero de 1895 en la ciudad de Sucre. Con una facilidad para acceder a una educación de primera calidad, estudió la primaria en su ciudad natal y posteriormente continuó la secundaria (los primeros años) en el Instituto Nacional de Sucre y volvió a Sucre a estudiar en el Colegio "Junín" logrando salir bachiller en 1911.
Continuando con sus estudios, ingresó a la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca donde ingresó a la carrera de Leyes y doctorado en Derecho. Un regalo por parte de su familia lo envía a Bruselas, continuando con los cursos de Derecho en la Facultad de Ciencias Sociales de ese país. La capacitación académica venía por empeño del partido Liberal, que en ese tiempo fomentaba a talentos jóvenes de las familias aristocráticas para mandarlos a Europa con el objetivo de conocer, investigar y perfeccionar sus estudios; siendo estos talentos, a futuro, destacados personajes. Y no era de suponer que a Ignacio le sucedió lo mismo.
Estando en la capital belga conoció a otros tres jóvenes bolivianos que estaban reforzando sus estudios y mejorando su capacidad académica; estos eran los futuros escritores: José Eduardo Guerra, Antonio José de Sainz y Juan Capriles.
En 1914, Ignacio que estaba viviendo un efervescente desarrollo intelectual, pudo observar el poder por el dominio occidental en la denominada Gran Guerra y el consulado boliviano, sin pensarlo dos veces, repatrió a varios jóvenes de toda Europa, entre ellos el joven sucrense.
De vuelta a la ciudad de Sucre, trabajó como profesor de Castellano en la Escuela Normal de Maestros. De ahí, fue que comenzó la minuciosa tarea de escribir algunos artículos bien elaborados y detallados sobre literatura boliviana y universal; tempranamente empezó a colaborar en el periódico liberal del poeta sucrense Claudio Peñaranda y en la revista que el colegio Junín publicaba, dirigido por Adhemar Gehain denominado "Adelante". Así también fundó en Sucre, con Emilio Finot y José Espada Aguirre, la revista "Páginas Escogidas" y que dió lugar a la publicación de siete números; además, colaboraba en la revista "Claridad", de la Sociedad Filarmónica. Los artículos de Prudencio tienen una fuerte crítica al positivismo comtiano con títulos como "La Evolución Creadora" o su famoso artículo "El esnobismo intelectual en Bolivia"; rescatando algunos párrafos de éste último escrito, refiere datos interesantes sobre la mentalidad del escritor boliviano: "En general, nuestros escritores de más nota son seres perfectamente adaptados al ambiente. Su pobreza de imaginación creadora, digo creadora para distinguirla de la imaginación puramente reproductiva que predomina en ellos y que es peculiar a todos los espíritus y sus aspiraciones vulgares, todo nos hace comprender que sus creaciones mórbidas no son propias. Y es por esto, por esta falta de analogía entre la obra y el que la crea, entre el árbol y sus frutos, que llamó exóticas a estas producciones. Han buscado la inspiración en "las nuevas ideas y en las nuevas concepciones", sin tener en cuenta que sólo las ideas y concepciones que hemos mamado durante nuestra niñez mental podrán fundamentar sólidamente nuestras creaciones intelectuales. Porque el boliviano podrá tener su patria mental en Francia, pero su sangre y sus huesos pertenecen a su tierra nativa, de la que no podrá desarraigarse a pesar de sus esfuerzos. Y como su alma es carne, hueso y sangre, las producciones que sean ─carne de su carne y sangre de su sangre─ serán las únicas que encierran vida verdadera y fuerte".
Tantas fueron sus visitas a las salas de la Biblioteca Nacional, que fue nombrado como su director después de titularse de abogado en 1918.
Al aproximarse con un estudio sobre escritores bolivianos, tuvo la oportunidad de poder consagrar en un libro todos sus manuscritos y que puedan ser distribuidos por cada colegio de nuestro país. Lastimosamente no pudo ver su obra, pues el libro fue editado después de su muerte.
Nombres como Daniel Calvo, Manuel José Cortés, Ricardo José Bustamante o Néstor Galindo fueron objeto de sus estudios críticos y analísis literarios.
Sin pensar alguna vez en un tribunal o haber asistido a un juicio, Ignacio gozaba de una gran reputación entre los futuros jóvenes que harían brillar las letras bolivianas. A finales de la segunda década del siglo XX, publicaría su primer libro titulado "La Misión Bustillo. Más Antecedentes de la Guerra del Pacífico"; un libro que es más de género epistolar, donde se muestra la correspondencia entre 1871 y 1872 que su abuelo materno y ministro plenipotenciario en Chile, Rafael Bustillo, mantenía informes con el presidente y general Agustín Morales, para arreglar las cuestiones limítrofes entre ambos países.
En 1921, se le nombra por sus dotes intelectuales e investigaciones, catedrático de la materia Filosofía del Derecho en su universidad. Es en ese momento que Ignacio Prudencio inicia los estudios jurídicos y deja a un lado sus investigaciones literarias.
Con un manera de redactar y detallar las pautas del desarrollo jurídico, publica en 1923, el libro "Ensayo de una filosofía jurídica", sirviendo en los años venideros como libro "base" para los futuros estudiantes en la carrera de Derecho. Ese mismo año, deja la labor catedrática y explica el miedo y sugestión que la lectura de su libro sea mala, al respecto, dice: "Cierto que en un principio llevaba el propósito de hacer una obra extensa, algo así como un resumen crítico de las ideas jurídicas en boga; pero me desalentó la enormidad del trabajo y la pequeñez de mi espíritu para dar cima a la tentativa y por último postrado por larga enfermedad, creyendo que la vida no me daría tiempo para realizar ni siquiera parcialmente mi objeto".
Ignacio Prudencio, dejando la cátedra y residiendo en Cinti, continuó con su labor de investigación sobre el pasado de Bolivia y sobre el análisis literario de nuestros escritores. El objetivo que ahora se propone es sacar a luz la biografía de Aniceto Arce, aquel empresario minero y que fue presidente de nuestro país.
Era de extrañarse en Prudencio, que arremetía contra la mentalidad boliviana enclaustrada, y la realización biografica sobre un personaje tan cuestionado por sus decisiones antes, durante y después de la Guerra del Pacífico. Pero no sabemos a ciencia cierta las ambiciones que lo llevaron a realizar dicho trabajo, lo que sí sabemos fue que en enero de 1928 publica su obra titulada "La Vida y la Obra de Aniceto Arce", impresa en Tupiza, y que fue elogiada por el crítico literario Carlos Medinaceli destacando que "es su mejor obra y en su género, la biografía novelada, algo de lo más valioso en las letras nacionales".
Trató de rescatar a los primeros escritores bolivianos y a sus obras; le fue bien pero no conoció el eco de su labor; solamente fue un hombre que invirtió tiempo en sacarnos un poco más de nuestra historia y demostrar sistemáticamente que la crítica se puede hacer de una manera fina y que pueda adentrarse en la interpretación de una obra.
Con el paso de los años; la enfermedad que invadió su cuerpo, tuberculosis pulmonar, le impidió invertir más en sus manuscritos y la muerte, junto con la indiferencia de su pueblo, se lo llevó a los 33 años...
Rodeado de su familia, Ignacio Prudencio Bustillo fallece el 31 de mayo de 1928. A decir del escritor Alberto Ostria Gutiérrez sobre su muerte menciona: "lentamente, a los 33 años, se va apagando la vida del joven escritor, quien alguna vez abre todavía los ojos y alcanza a sonreír a los que rodean el lecho: su madre, su esposa, su hermano José y el que estas líneas escribe. De pronto, cesa su fatigosa respiración” .
Años más tarde, más de una década, solamente un escritor, Carlos Medinaceli, empieza a recopilar sus artículos, y en 1946 con el apoyo de la Universidad San Francisco Xavier y el Ministerio de Relaciones Exteriores publican el libro titulado "Páginas Dispersas", prologado por Adolfo Costa du Rels, que es una serie de artículos y trabajos literarios variados, detallados y elegidos desde las revistas y periódicos que contribuyó con su pensamiento.
Al igual que su obra biográfica sobre Arce, que volvió a reeditarse y que fue publicada en 1951 por la Fundación Simón I. Patiño.
Fue recientemente que Ignacio Prudencio fue estudiado y leido por investigadores y se redescubrió al escritor olvidado, apartado y brillante.
El año 2014 se lanzó la segunda edición de "Páginas Dispersas" dónde se incluyen más artículos inéditos y una introducción de Luis H. Antezana. Pero...¿Dónde ahora se encuentra nuevamente su obra reeditada? En el rincón del olvido...
Dando vida eterna al escritor al leer y mencionar sus obras, tenemos el sentido de analizar sus aspectos literarios e históricos que nos llevan a encontrar diferentes pensamientos y lugares en el desarrollo del ser nacional. Prudencio apostó por eso y el brillo talentoso de su pluma nos influye a una evocación del autor, en tiempos donde la lectura cada vez se hace más difícil...
Bibliografía
Molina, F (2015, 20 de marzo). El aporte de Ignacio Prudencio Bustillo. Recuperado junio 16, 2020, de https://www.paginasiete.bo/ideas/2015/3/22/aporte-ignacio-prudencio-bustillo-50701.html
Medinaceli, C. (1943). Ignacio Prudencio Bustillo. Kollasuyo, (50), 151-155.
Pradel, J. (2017, 12 de junio). La vida fulgurante de Ignacio Prudencio Bustillo. Recuperado junio 16, 2020, de https://correodelsur.com/punoyletra/20170612_la-vida-fulgurante--de-ignacio-prudencio-bustillo.html
Prudencio Bustillo, I. (1946). Páginas dispersas. (1a. ed.). Sucre, Bolivia: Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca.
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