domingo, 14 de junio de 2020

Entradas a la amazonia y formación de la leyenda del Paititi - El bautismo de sangre y oro de una leyenda

Entradas a la amazonia y formación de la leyenda del Paititi 

El bautismo de sangre y oro de una leyenda 




Escrito por Alberto Jesús Saavedra Olivares 


Introducción. 


El siguiente estudio es un pequeño resumen de una de las más grandes historias que nacieron en el corazón de América del Sur que comparte Bolivia y Perú con el imperio que una vez ocupó la mayor parte de los Andes. El poderoso imperio de los incas que 

logrando ocupar en menos de cien años desde el sur de Colombia hasta llegar a la parte central de Chile pasando por Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina llegó a compararse con la Roma de Europa. 

Las batallas que se produjeron antes de la conquista española hicieron eco a lo largo del tiempo llegando a convertirse en leyendas, una de estas es el tan conocido y deseado Paititi de los españoles que se equiparaba a las riquezas de los incas en el ideal europeo. 


Conquista del Paititi.


…Y considerando la disposición de la tierra, pobló a las espaldas del cerro llamado Paytiti, donde dicen los naturales guaraníes que han entrado después acá a ver a este potente señor, que en este cerro se halla en partes plata corrida y de allí sacan su metal y la acrisolan y funden, y sacan la plata limpia. Y así como acá fue cabeza de este reino el Cuzco, lo es ahora en aquel grandioso reino el Paytiti llamado Mojos… (relación cierta 2018 [1636] p. 42).

Empezando con la cita de Diego Felipe de Alcaya, célebre por escribir la historia más detallada de la roca esculpida de Samaipata y también por mencionar a este reino del que se tenía como objetivo en la colonia, hasta llegar a estudios detallados en la actualidad.


El Paytiti o Paititi es mencionado en crónicas tempranas desde el siglo XVI que a medida del tiempo se lo fue relacionando con riquezas como las del poderoso imperio de los incas, solo que este se encuentra en la espesura de la arboleda de la amazonia. 

La mención más temprana que se tiene registro de la palabra Paytiti es la de los Quipucamayos (contadores del imperio incaico haciendo uso de los quipus) que son mandados por Cristóbal Vaca de Castro (2017 [1542]) para realizar una relación de la descendencia y conquista de los incas.

Empezando con el reinado del primer inca histórico que es el Inca Yupanqui o también llamado Pachacutec (mudamientos de tiempos) es quien expande, conquista y coloniza de forma descomunal la mayor parte del territorio andino y que en algún momento se lo 

llamaría el Tahuantinsuyu, el imperio de los incas.

La crónica mencionada describe las provincias conquistadas por el inca Yupanqui o Pachacutec que las extiende por el sur hasta llegar al Sur de Bolivia “hasta lo último de los Charcas, hasta los Chichas y Diaguitas” (Quipucamayoc 2017 [1542] p. 56). Por el Este llegando a la cordillera de Carabaya en Perú (frontera andino-amazónica). Por el Norte hasta llegar a los quitos (Ecuador) y toda la costa de Tarapacá (costa norte de chile). 

Al parecer las conquistas de este inca no fueron por guerra, también el modo de conquista del imperio era por “dádivas” y “halagos”. Normalmente el inca prefería anexar territorios al imperio de forma pacífica, sólo como último recurso se usaba la guerra como menciona Rostworowsky M. (2018 [1988]). Los quipucamayocs 

mencionan lo siguiente: …y lo que no podía por armas y guerra los trajo a sí con halagos y dádivas, que fueron las provincias de los Chunchos y Mojos y Andes hasta tener sus fortalezas junto al río Patite y gente de guarnición en ellas. Pobló pueblos en Ayavire, Cane y el valle de Apolo, provincia de los Chunchos. (Quipucamayocs 2017[1542] p. 56) Como se observa en la crónica sobre el Paytiti se refiere al nombre de un río, también se puede observar que estas conquistas por dádivas y halagos hicieron la anexión de las provincias del Norte de La Paz donde las poblaciones son denominadas como “chunchos” que es un término genérico que lo hacían los andinos a los pueblos amazónicos. El estudio que se hace en la región de Ayavire es tratado detalladamente por Vera Tyuleneva (2015) donde describe la frontera inca del lado amazónico

(Antisuyu) y registra el camino inca que se encuentra en el sitio. Según la autora este camino fue usado por los incas como ruta de comercio entre las tierras bajas. La otra mención que podemos ver es la de Recio de León (2019 [1623] p. 179) donde su relación es una de las más descriptivas sobre la flora y fauna del Amazonas. En esta se describe como reino al Paytiti con las siguientes palabras. 

…esta una montaña y cordillera nevada que nace junto al río de la Hacha y acaba en los últimos fines del reino de Chile. No se aparta de la costa del sur por donde más se extiende la tierra más que tan solamente setenta leguas muy poco más o menos. 

Según Recio, en este reino había dos pueblos separados por los “paitites” (como describe a la gente del Paytiti) uno que era compuesto de hombres y el otro de mujeres. Más adelante el autor menciona que en el Paytiti se encuentra una laguna de donde sacan perlas y son ricos en plata junto con grandes rebaños de ganado (¿camélidos?). 

También menciona que la gente de estos lugares son adeptos a las costumbres de los incas. Siguiendo con la “búsqueda” del Paititi lo encontramos mencionado por Pedro Sarmiento de Gamboa (1942 [1572]) cuando hace una relación para el mismo Virrey Francisco Toledo para legitimar la conquista del imperio incaico y saber la extensión de las tierras del incario que pasarían a ser de la corona española. El cronista cuenta la misma historia que los Quipucamayoc, adjudicando la conquista del Paititi por Pachacutec, pero desde el reinado de su hijo, Topa Yupanqui. Él explica cuando murió Pachacutec los pueblos del Antisuyu se sublevaron y los residentes del cuzco se retiraron al Antisuyu para no obedecer los mandatos del nuevo inca Topa Yupanqui. Sarmiento menciona que al ver que los habitantes del Antisuyu le daban la espalda, el nuevo inca empezó una campaña contra estos insurgentes, lo cual el cronista describe:… hizo un poderoso ejército, el cual dividió en tres partes. La una tomó él y con ella entró en los Andes (Antisuyu) por Aguatona, y la otra dió a un capitán llamado Otorongo Achachi, el cual entró en los Andes por un pueblo o valle que dicen Amaro y la tercera parte dió al Chalco Yupangui, otro capitán, que entró por un pueblo llamado pilcopata (Sarmiento de Gamboa P. 1572 [1942] p. 129. [el paréntesis es mío]) 

 

La crónica cuenta que la campaña de los incas fue desoladora ya que como se puede imaginar los habitantes de las montañas no estaban acostumbrados a un clima y terreno como el de la Amazonia, el método que cuenta el cronista era que los incas para no perder el camino se subían a los árboles para observar si había humo a lo lejos lo cual era signo de población. 

También cuenta que en un momento el mismo inca Topa Yupanqui se había perdido en la selva y fue el capitán otorongo Achachi quien lo había encontrado y salvado.


Según cuenta Sarmiento, una parte del ejército murió, pero, aún con la diferencia de terreno y la desoladora situación, el ejército inca logró conquistar las provincias de Opataries, Manosuyu y Mañaries o también llamada Yanaximes que quiere decir los de las bocas negras “y por el camino que agora llaman Camata envió otro grande capitán suyo llamado Apo Curimache, el cual fue la vuelta del nacimiento del sol y caminó hasta el río de que agora nuevamente se ha tenido noticia, llamado el Paytite, donde puso los mojones del Inga Topa” (Sarmiento de Gamboa P. 1572 [1942] p. 130)

La batalla que sucede entre los habitantes del amazonas y los incas es descrita por Juan de Betanzos (1561 [1992]) el cual describe lo siguiente: 

"Y yendo un dia caminando, un hermano del inga que se dezía Ynga Achache, metiéndose por el monte solo, en el cual monte topó con tíguere y como así topase con él, echó mano a una hacha de armas que ansí llevaba y fuese para el tíguere y el tíguere vinose para él e Ynga Achache fue tan diestro con su hacha que le dio un golpe por encima de la cabeza y entre oreja y oreja y fue tal el golpe que luego el tíguere cayó muerto, del qual hecho tomó este Ynga Achache tanto ánimo de ver muerto este tíguere, que tomándole a cuestas se fue para do el campo yva marchando, el qual llegó a él con su tíguere a cuestas ya que su hermano Topa Ynga Yupangue llegava a vista de sus enemigos, y como Ynga Achache viese que estaban 

a vista de sus enemigos, puso el tíguere delante de su hermano y de todo su campo e hízole pedazos con su hacha, y por espanto y temor en los enemigos, como ansí uviese hecho pedazos el tíguere enpesó a comer de un pedazo del dela carne ansí crudo como estaba /…/ e ansí arremetio Topa Yupangue con su gente por do delante este Ynga Achache, el cual arremetió tan denonadamente a sus enemigos /…/ prendió un capitán de los andes y le hizo pedazos, de cuya carne luego allí encomenzo a comer /…/ y los demás señores (antis) /…/ huyeron". (Betanzos J. 2018 [1551] p. 270 [el paréntesis es mío]) 

Como podemos ver en la cita la historia de este capitán sobresale en la gesta contada. Un dato adicional, al parecer la obra historia puede estar relacionada con tradiciones orales que describe Nordeskiöld (2002 [1910] p. 10) mencionando “el uturunco, cuya grasa es amarilla, es un animal místico, aparentemente un jaguar, pero antes fue un ser humano”. Este mito de hombres tigres (jaguares) es común en la amazonia y en el chaco, probablemente sea una reminiscencia de la batalla que sucedió entre los incas y los “chunchos”. También se puede percibir en la crónica de Guamán Poma (2015 [1615]) que la historia de este capitán sufre un relato con tintes fantásticos ya que menciona que para combatir a los habitantes del Antisuyu y conquistarlo el dicho capitán se transformó en un “otorongo” (jaguar) juntamente con su hijo. 

También hay que hacer notar que la heráldica inca muestra a un jaguar junto con una serpiente que según Guamán Poma es por causa de la gesta del capitán Otorongo Achache.

Volviendo con Sarmiento, al final del capítulo menciona que la entrada fue interrumpida porque el Collasuyu se había sublevado ya que se había corrido la voz de que el emperador Topa Yupanqui había muerto. Al oír esto el emperador salió de la Amazonia y dejó a su capitán Otorongo Achachi (jaguar viejo) para controlar el Antisuyu.


La leyenda del oro y plata del Paititi. 




Hasta aquí llegamos con los sucesos de la conquista del Paititi, pero en los relatos contados por los cronistas son pocas las menciones de un reino con grandes riquezas en oro y plata, la única mención que se hacen de la riqueza de este reino son la de Recio de León en 1623. Probablemente el origen de la fiebre del oro de este reino perdido en la Amazonía por parte de los españoles se encuentre en otro lugar. El cura Diego Felipe de Alcaya (2018 [1636]) donde describe la historia del llamado fuerte de Samaipata describe lo más parecido a un reino con estas alusiones de riquezas tan grandes como la de los incas. En la historia que presenta el cura tenemos la mención del llamado, actualmente, fuerte de Samaipata. Su historia comienza con la conquista que hace Guayna Capac por parte de su hijo Huancane. La verdad es que fue Topa Yupanqui el que entró en el sitio la probanza de los nietos de este que cita Rowe J. en 1985 especifica las fortalezas que estableció el inca y entre estas localidades menciona una, en Samaipata. El hijo de este inca fue delegado como rey de lo que conquistara. Este, llegando a la zona de la roca, entabló las acostumbradas relaciones políticas que eran tan acostumbradas en los habitantes andinos. El cronista cuenta que el gobernante del lugar, Grigotá, recibió de buena manera al inca y se supo de las minas que había en el lugar llamadas Saipuru. 

Hecha las paces y relaciones políticas con los habitantes, el inca mandó un mensajero al cusco para dar la noticia de lo que conquistó el inca y pidió al inca del Cusco que mande a su hermano Condori para ayudar en la organización de la provincia. Cuando el hermano llegó al lugar empezó los preparativos, Huancane estaría acomodado en la zona de la roca y su hermano estaría a cargo de las minas de Saipuru. La historia cuenta que las riquezas que se sacaban de las minas llegaron a ser tan famosas que la mayor parte de las poblaciones del Amazonas sabían de las riquezas que daba este lugar, el rumor fue tan fuerte que llegó a las poblaciones del chaco, a los llamados chiriguanos, que sabiendo este rumor prepararon una migración que acabaría en una invasión a Samaipata y las minas de Saipuru. Es en esta parte de la historia que el cronista empieza la historia de la entrada a Paititi que las hace Manco Inca conquistando con la misma técnica de Huancané con relaciones pacíficas a las poblaciones del lugar, completada la incursión de Manco Inca, mandó un mensajero al Cusco para dar las noticias de lo sucedido, pero cuando el mensajero llega a la capital se encuentra con la invasión española. Antecedentes de la conquista de Samaipata. Como ya se dijo, el lugar donde estaban asentados los incas en Samaipata ya estaba ocupado por el “gran cacique Grigotá”. Pero, ¿quién era en realidad este Cacique del que 

se habla? La posible respuesta nos la da Combes I. (2010) donde menciona que estas regiones fueron asentamientos de tres etnias que controlaban el comercio del metal andino con el amazonas entre otros productos. Normalmente estos lugares en especial en Samaipata estaba controlado por etnias Tamacocis que interactúan con grupos Yuracarés y Jores. Estos tres grupos siempre se los puede encontrar juntos en la mayoría de las fuentes, como si uno dependiera del otro. Combes (2010) 

El comercio de metal entre estos dos mundos (altiplano y Amazonas), no solo tenía esta ruta, también podemos mencionar otras minas tan famosas como las de Saipuru, estas son las de la confederación Qaraqara-Charka, que tenía en su territorio la mina y también Huaca llamada Porco. Platt T. Bouysse-Cassagne T. y Harris O. (2010 [2006]), es más el mismo Alcaya menciona que cuando Domingo de Irala buscaba un camino hacia las famosas minas que se habían oído a causa del rumor de las poblaciones amazónicas y chaqueñas describe que se encontró con el cacique Grigotá y los chiriguanos que habían asaltado Samaipata y las minas de Saipuru. En este encuentro apareció el inca Condori que lo habían capturado los chiriguanos. Cuando Irala supo quién era ese inca preguntó sobre el paradero de las famosas minas y este respondió que las minas se encontraban con la confederación y ya habían sido descubiertas por otros españoles. Supuestamente los chiriguanos “…a quien tenían bien industriado y amenazado de que, si descubre el secreto cerro al español, harían de su pellejo una tambor.” Alcaya D. (2018 [1636] p. 49). 

Y es así como las minas no fueron encontradas por los españoles de Irala, el cual decepcionado se fue del lugar y mandó a Condori de vuelta cambiando de forma jocosa su nombre a Condorillo y es así como ese lugar se quedó con ese nombre. 

Estas son menciones de muchas que hay del Paititi de los incas. Más tarde con la colonización el mito de este reino sucumbió los oídos de los españoles y con el anhelo de encontrar un reino tan fabuloso como de los incas. Se empezó con incursiones a la espesura de la amazonia y como uno de los resultados se funda la ciudad de Santa Cruz de la Sierra por el conquistador Ñuflo de Chávez el 26 de febrero de 1561 como punto de avanzada a encontrar este maravilloso reino. Combes (2010) y más tarde en 1776 se empezaron a fundar las misiones de Yuracarés en el actual Chapare, para ser más precisos en Villa Tunari, para llegar a Moxos por Cochabamba. van den Berg H. (2009)

Y por última mención tenemos a Tyuleneva V. (2015) donde registra el camino inca de Apolobamba, lugar donde se cree que fue un centro de comercio importante en el incario. Más tarde el camino fue usado por Pedro Anzures de Campo Redondo entre 1538 y 1539 porque se había oído de “noticias ricas” sinónimo del lugar estudiado en este ensayo.


Como dato adicional, los datos del arqueólogo Clark Erickson en el 2013 sobre el sistema vial de los llanos de Moxos demuestra que tenían el nivel necesario para una civilización organizada y en 2003 la arqueología boliviana y el proyecto finlandés  nos aporta pruebas de una fortaleza inca entre los departamentos de Pando y Beni a orillas del río Madre de Dios que está conectada con los llanos de Moxos por el río Beni. 


Conclusión 


En este estudio se vio las entradas incas a la región del Antisuyu donde probablemente se produjo parte de la leyenda del Paititi juntamente con otras leyendas que perduran hasta hoy en día como la de hombres que tienen la capacidad de transformarse en jaguares. También podemos observar que el primer inca de que empezó la conquista es el inca Yupanqui o también llamado Pachacutec que logró anexar al imperio la mayor parte del territorio del Tahuantinsuyu. Más tarde se observa la rebelión de los habitantes del Antisuyu al morir el Pachacutec más tarde con el heredero Topa Yupanqui se inicia la represión de la rebelión de los insurgentes. 

Y es aquí donde la batalla pudo haberse tornado de narraciones épicas con el capitán inca Otorongo Achachi por comerse al jaguar y al capitán enemigo. Probablemente esta historia como la cuenta Betanzos sea la más fiel al acontecimiento, ya que posteriormente al pasar del tiempo se puede ver como la historia se modifica hasta adquirir tintes mágicos y sobrenaturales hasta llegar a la leyenda de hombres jaguares que son contadas hasta nuestros días. 

Como segunda parte se tiene la posible fuente del porque se relaciona al Paititi con tesoros comparables con los del Cusco y la “noticia rica” de los españoles que sitúan a este maravilloso lugar en la amazonia. Esta leyenda pudo mestizarse con la historia de Samaipata y las minas de Saipuru que adquirieron gran fama por pueblos amazónicos y chaqueños que organizaron una migración gigantesca que desembocó en una invasión para ser dueños de las tan preciadas minas. 

Como tercera y última parte se hace mención de las rutas que conectaban el comercio de metales entre los Andes y la Amazonia, donde se mencionan dos rutas importantes para esta acción. Una es la mencionada Samaipata donde los tres grupos étnicos (Tamacocis, 

Jores y Yuracares) son los que regulaban el tráfico del metal andino y la segunda ruta estuvo en la región de Apolobamba donde Tyuleneva V. registra el camino inca y hace el seguimiento de esta ruta desde la época más cercana a la conquista española (1538 y 1539) y de donde se hace la mención de la “tierra rica”. 


Bibliografía


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Van den Berg H. 2009. Clero cruceño misionero entre Yuracarés y Guarayos. Instituto de misionología. Bolivia.

1 comentario:

  1. Muy buena información, datos concisos y buena información gráfica 👏🏼👏🏼👏🏼

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