domingo, 24 de mayo de 2020

PERSONAJES EN LA OBRA LITERARIA DE VÍCTOR HUGO VISCARRA

PERSONAJES EN LA OBRA LITERARIA DE VÍCTOR HUGO VISCARRA.


Escrito por Oscar Cordova Sanchez

"La única Universidad que me ha colmado con sus conocimientos y de la cual me gradué con los máximos honores es la universidad de la calle. La mejor que existe, y la más brutal". 
De esta manera Victor Hugo Viscarra Rodríguez (1958-2006) escribió su opinión en una hoja arrugada, sucia y llena de sentimiento su concepto del conocimiento diario que la calle le había enseñado.
Fue en la obra póstuma titulada "Ch'aki fulero" que su editor Manuel Vargas recopiló esta hoja y otras más para mostrar al público la totalidad de la obra del Victor Hugo, y que nos muestra las enseñanzas, lecciones y virtudes (si las hay) en el mundo del “hampa” paceño y cochabambino.
Fue la genialidad del autor recopilador de historias vividas, oídas y observadas que dio a conocer a una sociedad, como la nuestra, que "no la merece" y que Viscarra vió los peores defectos con que lo trataron aquellos que reflejaban lo bueno. En una entrevista ya lo dijo a su manera: "Una mierda es esta gente, hasta ahí nomás pero". 
El cúmulo de adeptos y fieles seguidores de la llave que mostró Viscarra aún hoy sigue abriendo nuevas puertas a que la experimentación siga vigente; la sensación de muchos jóvenes que al leer su famoso "Borracho estaba, pero me acuerdo" (2002) sigue siendo tema de charla en cualquier bar o café cultural o se haga alusión en clubes de lectura u homenajes que tal vez “al Victor Hugo” si estuviera vivo le hubiera valido un comino..
En éste primer análisis de su obra, nos centraremos en aquellos personajes que son parte continua de sus libros y que los menciona frecuentemente. Estos personajes no fueron ficcionales, aunque muchos "articulistas" en medios de prensa quieren sacar de su lugar en como fueron descritos por Víctor Hugo y se jactan de ver su obra como algo que nació totalmente de su mente y no de lo que vivió y conoció. Simplemente son aquellos que quieren desprestigiar su obra. Ya lo decía al periódico La Nación sobre sus personajes, que "son mis delincuentes, son mis putas, mis maracos, mis mendigos, mis ladrones. El único portavoz que ellos tienen soy yo. Para mí la escritura es como una especie de desahogo. ¡Nunca esta maldita sociedad me ha dado algo!”.
No abordaremos la vida de Viscarra (que mucha letra ya existe), sino en su obra, que aún así mantiene relación con ella. Nombraremos especialmente a sus personajes como hampones, prostitutas, homosexuales, aparapitas y artilleros que llenan la ciudad y que siempre se tiene "un afiliado nuevo a este grupo", que eran conocidos por más de un paceño y que el populacho le dió apodos y hablaba de estos en ocasiones de nombrar a los marginados de la ciudad.

UNA ESPERANZA EN MEDIO DEL BASURAL Y LA NEGRA RAFAELA

Era una mujer que abría la mente para sobrevivir y las piernas para soñar. Una mujer que tuvo innumerables hijos por parte de algunos que se asomaban a ella, echada en alguna esquina o basural, hacían respetar su heterosexualidad. Viscarra la nombra constantemente en tres de sus libros e incluso le dedica un capítulo titulado "La Loca Esperanza" que se encuentra en su obra "Alcoholatum y otros Drinks: Crónicas para gatos y pelagatos" publicado el año 2001. 
"La Loca Esperanza" constantemente molestaba al esposo, novio o chico de alguna mujer, haciendo alusión que este era el padre de los hijos de ella. "Tendría unos treinta años. A pesar de que siempre vestía ropas sucias y pasadas de moda, por entremedio de sus harapos se podía adivinar que la naturaleza había sido pródiga con ella. Motivo por el cual la mayoría de los artilleros de la ciudad buscaban por las noches para encontrar entre sus carnes el calor femenino que tanta falta les hacía". Ella murió descuartizada en la zona Pura Pura. Pero "La Loca Esperanza" está en íntima relación sobre sus quehaceres con La Negra Rafaela aparecida en "Balada para una vida inconclusa" del libro "Relatos de Victor Hugo" publicado en el año 1996. "Rafaela era una mal nacida, a la que de mes en cuando le salían sus rasgos maternales", una mujer que a sabiendas que era estéril se acomodaba en el suelo de la calle ciertas noches a "recibir dentro de su vientre insatisfecho, el peso de los galanes que buscan un remedo de placer que les alivie sus instintos animales". Al igual que “La Loca Esperanza” terminaron de la misma manera entre la soledad y el olvido.

EL K'EPIRI

Entre los personajes que menciona con total crudeza sobre su diario vivir es el K'epiri o aparapita; un sujeto que viene del norte de Potosí o del área rural colgando un soga en su hombro para cargar cosas pesadas y transportarlas varios metros, haciendo la misma rutina cada día. En el libro “Borracho estaba pero me acuerdo” (2002) dedica un capítulo titulado "Los k'epiris" que Viscarra describe sus lugares de trabajo y su modo de comunicarse. "Entre los aparapitas que duermen entre las tarimas de madera del mercado Negro, del pasaje Tumusla y en menor proporción en los mercados Rodriguez y Uruguay, se juntan en grupos para protegerse del frío. Tras sentarse apoyados contra la pared, se ponen a charlar entre ellos, al tiempo que pijchan su coca, y de rato en rato toman sus tragos de alcohol que guardan en botellitas de plástico". Incluye también a otro grupo de cargadores llamados "masistes" que son los que recogen el cargamento que viene del interior del país a través de camiones y autos. Una descripción general y real, pero la frustración y abandono se encuentra en el relato titulado "El Q'epiri" que describe la vida de uno del rubro sumido entre el alcohol, la soledad y la muerte.
En esta historia Viscarra resalta la necesidad del aparapita por sobrevivir a base de la ingesta de alcohol; del rechazo de la chola Ercarna, que era la que lo manipulaba haciéndole cargar gangochos de papa; de su tristeza por perder su saco pensando "en que le ha pasado para que acepte a aquel caballero el cambio de su saco del mil ochocientos por un pilcha que cae demasiado grande" ¿Alguna alusión a Jaime Sáenz…? Probablemente. Sáenz había escrito décadas antes su inspiración en el aparapita y cómo fue que obtuvo un saco de éste. Si bien la historia narra la tentación de el "Q'epiri" por el abrazo de Encarna no lleva sino al final de su aceptación que hace por cargar y no recibir nada a cambio.

EL CHINOMUNACHI: EL GRAN AMIGO Y MAESTRO DE VICTOR HUGO

Uno de los amigos que conoció Victor Hugo en sus primeros pasos que dió en la calle y que  dedica en dos capítulos de su obra sobre su vida y su trabajo para sobrevivir es Manuel Machicado, más conocido como el "Chinomunachi". Su trabajo consistió en vender yumbina (pastillas de clorato de potasio teñidas con mercurio y envueltas con celofán) que con mujeres "hacen troya, si les das la mitad en el trago, en menos de cinco minutos, sin que vos les digas nada te van a pedir que te las tires debajo la mesa" y los warmimunachis (figuritas de plomo derretida mezcladas con celofan unidas a pepitas de color negro y rojo colocadas en un sobre) que son amuletos "para lograr el amor de la persona anhelada". 
Viscarra le agradece por "haberle enseñado todo lo que la vida a él le había enseñado. Sí, él fue uno de mis primeros maestros en esto de saber caminar por la noche y por la vida, y por lo tanto, creo que le debo algo de agradecimiento".

EL FRÍO DE VARIOS TRISTONES

Un punto muy especial que Viscarra nos hace conocer; es que no sólo el paria sufría, sino también el mejor amigo (abandono) del hombre (cruel). "Los perros son los únicos amigos fieles que tienen los nocheros. Estos animales andan tanto con los macheteros (mendigos) como con los choros y que siempre sacan la cara por ellos". 
Los relatos "La triste historia de Tristón", "Cada hueso con su perro" y "Amigos Perros" tienen potencialidad al llegar al lector por su manera de describir el movimiento canino en las noches paceñas y siendo amigos de aquellos locos, mendigos, borrachos o lanceros. "La triste historia de Tristón" es el relato más conocido y es que muestra las peripecias de este perro que nació de "una famélica perra callejera, enfermiza y llena de pulgas" y que fue muestra de como sufren y deprimen los perros por su soledad que al encontrar el primer contacto humano adquiere los mismos hábitos que su futuro dueño. En el relato "Cada hueso con su perro" habla sobre los pensamientos de Diógenes, un perro que fue de un filósofo que charlaba siempre con él, y describe la manera de vivir en la calle. Y el último "Amores perros" que Viscarra cuenta la vida de estos canes y que "se ha dado el caso de que en medio de los basurales nacieran perritos. Cuando esto sucede, los beneficiados son los p'ichiris (barrenderos) de la Alcaldía. Cuando esto acontece botan a palazos a la perra madre y a las crías las van a vender en el mercado".

BARBARELLA, SANDRA Y LAS TORTILLERAS

El mundo homosexual que describe Viscarra se centra en nombres como la "Panadera", homosexual que se vestía de chola e iba a vender pan al mercado Lanza; la "Lucha" o la "Katunga" que se agrupaban cada viernes vestidas de prostitutas al final del Prado para esperar algún muchacho en quien pueda pagar lo necesario por su cuerpo. 
Peter Alaiza, más conocida como "Barbarella" fue un icono homosexual y trans de la época comprendido entre los años 70' y 80' del siglo pasado. Viscarra relata cómo Peter se decidió hacerse coronar como "Su Majestad Barbarella I" y que "la noche de la coronación, efectivos de la Policía interrumpieron la fiesta para apresar a quienes estaban allí. Fueron conducidos hasta las dependencias de la DIN" y que entre sus hazañas "fue sus matrimonios con jóvenes" aunque también menciona que salió como protagonista de una fotonovela titulada "Amor a la Boliviana".
En otro relato referido a "La Sandra" describe la situación de abandono, depresión y soledad que vivió este personaje cuando su prometido la abandona en el día de su boda, incluyendo los invitados que no se dieron cita. Por eso es que cada primero de mayo, fecha que era su boda, decide emborracharse. "Sandra, la misma que mendiga centavos en la calle para mantener su vicio, no quiere comprender que ella no es la mujer que proclama ser, y que desde el instante en que su madre lo parió él es hombre". 
En cuanto a los personajes lésbicos menciona a las "tortilleras" famosas como la "Alicia" que fue dirigente de los vizcachas (personas que venden cosas robadas); la "Antonia", la "Mechy" o la "Mayra" que eran lesbianas que tenían hijos y que para sobrevivir llevaban el pan de cada día vendiendo tragos en el algún bar clandestino.

DON GUIDO

Muchas personas que viven más de 50 años en el barrio de San Pedro escucharon o vieron al médico y coprofago "Guido comecaca", que "a veces se lo veía en las gradas del subterráneo de la avenida Mariscal Santa Cruz. Cuando ve a un muchacho que le gusta, lo llama para ofrecerle comprar sus heces, y si el chango acepta, le alcanza una bolsita de nylon para que se las guarde ahí". Fue un "boom" este relato que se encuentra en el libro "Borracho estaba pero me acuerdo" por la forma en cómo describe al doctor viejo, cojo y pervertido que la prensa misma cuando entrevistaba al Victor Hugo preguntaban sobre el paradero del "Guido comecaca".
Aunque hay más personajes en el mundo literario de Victor Hugo como "Las Tres Mudas", "Los vampiros" o los "Monos" y otros apodos que dan a ciertos grupos que forman parte del conglomerado mundo de la literatura de Viscarra, son de menor descripción y no se localiza en otros libros y sólo en el famoso "Borracho estaba...". 
Hemos tratado de desmitificar la vida Viscarra al mencionar a sus personajes de sus libros, más el público tendrá el veredicto final de analizar su obra o su vida.

6 comentarios:

  1. excelente DESCRIPCIÓN DE LOS PERSONAJES NOCTURNOS DE LA PAZ Y DE SEGURO DE MUCHAS OTRAS CIUDADES.

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  2. No termino de entender a quienes no aceptan el valor del aporte literario de Víctor Hugo Viscarra.

    Supongo que tales detractores quisieran aplicar el rasero de estándares que, en otros autores funcionan porque, más que transmitir vivencias -como Viscarra- expresan figuras, crean personajes -no los re-crean al estilo de Víctor Hugo- y, en fin, imaginan pero no viven o no han vivido.

    Y allí está la diferencia. Viscarra aporta pedazos de vida real cruelmente objetivada y no únicamente descripciones imaginativas, por más realistas que pudieran parecer pero no son.

    Un filósofo como Zygmunt Bauman encontraría que Viscarra es quien más se ha acercado a la referencia vital de los detritus humanos, de los que son desechables para el sistema y sus implacables alcantarillas.

    Viscarra los ha rescatado y los pone ante nuestros ojos interpelando nuestra propia existencia ilíquida como ellos. Como los que nada valen sino como representación literaria real, no simplemente inventada.

    Así como en el realismo mágico, esos escenarios fantástico que recreaba el Gabo existían, ciertamente. En Viscarra -no interesan las distancias entre uno y otro- valen y existen esos personajes que el los deconstruye en sus sagas imposibles de aceptar.

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  3. Yo conocí algunos de esos hijos de Viscarra pero por normas y buenas costumbres nunca las compartí

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  4. Excelentes obras, una pena que en esos años; aún no existía, el Premio Nacional a la Novela, aunque dudo que Victor Hugo aceptase participar...

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