El Continente Ingenuo y el origen de Tristan Marof
Por Oscar Cordova Sanchez
A 100 años de la primera obra de Gustavo Navarro con el seudonimo de Tristan Marof
Las observaciones desde Bolivia, especialmente desde la ciudad de La Paz, sobre las acciones bélicas de la Gran Guerra (1914-1918) y la Revolución Rusa (1917) tuvo un quiebre en el pensamiento intelectual boliviano, donde se volcó la mirada a tratar de mejorar la crisis política, corroída por los constantes fraudes electorales realizados en el país y favorecidos al Partido Liberal, y buscar un horizonte más amplio de ideas venidas de Europa, especialmente de la recién creada Unión Soviética, para tratar de agrupar nuevos grupos que tendrán más visibilidad como los artesanos, universitarios y mineros. Bajo este procedimiento de acomodar ideas extranjeras a nuestro país, un joven escritor y decepcionado por las acciones hechas en nuestro país, tomaría el rumbo de ser el mayor promotor del comunismo en Bolivia a inicios de los años 20. Ese joven fue Gustavo Navarro, más conocido como Tristan Marof.
Gustavo Navarro (1898¿1896?-1979) fue un muchacho sucrense apasionado por el idealismo americano, así como su admiración a Franz Tamayo por su poesía y de Daniel Sanchez Bustamante por su ímpetu en dar realce a las nuevas generaciones. Navarro publicó varios escritos desde muy joven, entre ellos se encuentran Los cívicos. Novela política de lucha y de dolor (1919) y Poetas idealistas e idealismos de la América hispana (1919). Si bien estos textos fueron de una calidad literaria regular, la intención de ambos radica en bajar del poder al Partido Liberal y realizar una unión intelectual nacional para promover valores de civismo, patriotismo y fraternidad.
Siendo amigo y admirador de Bautista Saavedra, se une al Partido Republicano y el 12 de julio de 1920, fue partícipe del derrocamiento del presidente José Gutierrez Guerra; esto, para los Republicanos fue denominado como la "Gloriosa" Revolución. Saavedra, ya en el poder, en agradecimiento por las acciones que Navarro realizó ese día, cómo ser director y encargado del Panóptico de La Paz durante horas y enviar al exilio a varios miembros del Partido Liberal, lo designó Cónsul en Paris.
Es este el momento donde Navarro observa el concepto de cambio social en Europa y su visión de hacer lo mismo en el país. Pero el no quiere causar polémica solo con su país, sino con otros países del continente sudamericano; es así que se relaciona con intelectuales de renombre como Henry Barbusse (1873-1935), intelectual comunista francés y una de las voces más importantes en ese tiempo sobre el cambio ideológico que se daba en Europa. En ese momento desea dar rienda suelta a sus escritos y darse una fama continental con intenciones de generar controversias políticas y polémicas intelectuales posteriormente.
Pero para que dicha obra sea publicada, logra contactarse con José Brissa, director de la Casa Editorial Maucci, para publicar su libro. Aceptando el trato, en 1922, se publica "El Ingenuo Continente Americano", advirtiendo que 'trata de un libro de crítica donde pinto las partes ridículas de casi todos los países americanos y de sus personajes de entonces: monos de chaleco blanco'; sin embargo, quedaba por hacer un nuevo seudónimo al autor de tan polémica obra.
Siendo cónsul en París, debía cambiar su nombre a un seudónimo para impedir posteriores reclamos o protestas de naciones y personajes que menciona en su libro. Su amigo, Darius Frosti, le da la sugerencia de colocarse como Tristan y Navarro le da el apellido de origen búlgaro Marof. Así Tristan Marof empieza la cacería con su primer ensayo sobre el continente 'ridículo' e 'ingenuo' como él afirma.
El libro alcanzó fama internacional por desnudar los defectos continentales, su otro interés está en llenar de adjetivos negativos a Chile; la reacción chilena no se dejó esperar. El Cónsul de Chile en La Paz reclamó una del gobierno, adjudicando que Gustavo Navarro era el ingeniero de tal publicación y difusión. Sin distracciones, Saavedra, desvío la polémica y desmintió tales acusaciones, y envío a Marof como Cónsul a Génova.
La Obra
El estudio inicia con un fragmento epistolar que Barbusse envía a Marof, destacando su 'voz recta de la verdad' y aprueba su coraje tan elevado por esa juventud sudamericana que encarna Marof. Y, si bien señala cambios, también previene los 'desalientos' por obra publicada. Ademas, tiene un epilogo de Amndeo Legua, admirador del nuevo talento de Marof por ser un joven de excepcional talento y no ser un vividor del nacionalismo.
De a poco el concepto de su libro se expone en tres partes. La primera con el subtítulo de El Calvario De América donde destaca las características del 'odio a todo lo que signifique verdad'; acusa a la vida española que dejó herencia bastarda en las poblaciones vírgenes del continente, y aún más, importar el militarismo tan adorado por los pueblos. Además, incluye a sus grupos siempre aliados como los abogados y curas que buscan el título de General de una república; todos estos elementos caracterizados por 'poseer una ignorancia legendaria'.
Atribuye a la literatura de 'alcoba' por su romántica vida pasiva y su adicción a los vicios juveniles que van desde el fanatismo religioso hasta la prostitución desvergonzada. Aquí Marof culpa al colombiano José Vargas Vila como principal actor de pervertir a las mentes infantiles de su literatura, tildado como 'disoluto e imbécil'; al guatemalteco Enrique Gomez Carrillo, por su 'comedia de falsedad', y un sinfín de otros escritores, 'poetas verlenianos' y 'pequeños Darios' son causantes de que la América se divierta aún sacrificando su libertad.
Marof no abandona su crítica mordaz a los latinoamericanos residentes en París, donde la mayoría, entre políticos, escritores y pintores, traen 'una incultura kilométrica (…) de la que se aprovecha el europeo prácticamente'. No se detiene al mencionar sus charlas con algunos políticos residentes en París y demostrar su ingenuidad, egoísmo y mentira.
En la segunda parte, El Crimen de América, acomoda toda la munición para atacar despiadadamente a la República de Chile, por haber sido el principal usurpador de las costas marítimas a Bolivia, un conflicto que es 'detestablemente cómico y de mal gusto hablar de escenas de valor y epopeyas brillantes'; esa misma razón de usurpación ve en el alma chilena que tiene algo de 'servil, torpe y raro'. Esto, de acuerdo a su forma de haber nacido como una nación, se transmite en el mando gubernamental que ejerce y de 'bufones' literatos. Para Marof, los vicios de ambición, egoísmo y apariencias en la población chilena se debe a su 'pretensión de querer ser un gran pueblo', anexando ideas, territorios y odios de otras repúblicas. No queriendo dejar sin defensa a Chile ataca a todo su conglomerado literario y a su periódicos principales de mentir a su patria, viciada por la 'aristocracia' chilena e inglesa.
En la tercera parte, La República Obrera en América, realiza la tesis de que todos los obreros, indios e intelectuales se unan para conformar un equipo que llegue a más espacios de difusión. En el caso de Bolivia, enmarca su tesis de nacionalizar las minas, industrializar los elementos agrícolas e inducir en el campesino un apoyo moral, ya que el único 'parásito' según Marof es el ¨joven de club, que vive ultrajando el trabajo de los infelices¨. Estando en contra del individualismo regional, augura que la única solución para el país es la dotación de tierras fértiles con una misma proporción; la creación de un servicio militar y minero para todos durante un año, y una reestructuración pedagógica con énfasis en el aprendizaje dinámico de obrar en constante desarrollo comunitario. La única solución para Bolivia se encontraría en entrar de lleno en el pensamiento comunista, tan deseado en aquel entonces por Marof.
En su tesis para fomentar esta ideología hace una cronología sobre el Imperio Inca y la resistencia aymara durante el período colonial. Dando cuenta que sus métodos de supervivencia en los incas fue de una estructura comunista y en los aymaras se halla vestigios de dicha estructura.
Para su tesis final, advierte que el continente sudamericano debe despertar de su ingenuidad y manipulación para enfrentar a los poderes gubernamentales y generar mejores condiciones en el pueblo.
Si bien el objetivo del libro es una acusación general a la mala organización del continente, fustigando a varios personajes por sus ambiciones personales, hace, al mismo tiempo, un momento de reflexión para importar ideas y ver si estas funcionan en tierras sudamericanas.
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